sábado, diciembre 29, 2007


Rita Hayworth


Mi mamá malcría a Sofía.
Mis hermanas malcrían a Sofía.
Ella acepta gustosa
e impone sus aires de reina,
de diva hollywoodense.
Y después cuando volvemos a casa
yo tengo que lidiar
con Rita Hayworth.

De "Conviviendo con Sofía" - inédito.
Sensibilidad

Me gustaría que nos fuéramos de vacaciones
pero estoy con mucho trabajo
y poco plata.
Me gustaría que Sofía
pudiera ver el mar.
Siempre pensé
que la sensibilidad de una persona
está directamente relacionada
con la edad en la que
por primera vez
vio el mar.
Quiero que Sofía
vea el mar lo antes posible.


De "Conviviendo con Sofía" - inédito.

jueves, octubre 11, 2007




Tatuajes

Llega el día,
vos dormís el fuego
de la inconstancia,
yo trato de escapar
de tu cama
de tu aliento.
Leo el diario con desgano,
ahorco al tiempo
que te despierta
todavía hipnotizada.
Sé perfectamente lo que me espera,
un rosedal envuelve mi garganta
quisiera respirarte
quisiera poder desaparecer.
No me engañás ni por un segundo...,
si yo no me dejo,
me gustan tus besos.
Tengo la lengua encarnada
de tanto besarte en espejos,
pero no me empujes
puedo leer tus labios
y después atravesar el día hambriento.
“No sé cómo podes pasar toda la noche sin dormir” dijo ella,
¡ay!, si estuvieras en mi cabeza
va a suceder
y sonrío.

Los tatuajes falsos
son una mentira.

Foto/Diseño por Enrique Balducci

lunes, septiembre 03, 2007


Yo sólo quería que te callaras

Desperté. El techo. Blanco, siempre suele ser blanco. Tragué saliva y el sabor de la noche anterior bajó por mi garganta con rudeza. ¿Mi departamento? Mi departamento. Escarbo en mi memoria. Nada. Algunas imágenes dispersas, pero nada más. Siento los ojos hinchados y los labios resecos, me toco los labios. Secos. Los indicios son claros, debo haber bebido como un animal otra vez. Intento incorporarme, la primera vez no lo logro, la segunda vez..., tampoco. ¿Mi departamento? Mi departamento. Mejor me quedo acostado un rato, aunque mataría por una vaso de agua. ¿Con quién estuve anoche? Marcelo, Seba, seguro, ¿pero con quién más?, ¿y en dónde?, la noche se rompió en mi cabeza como un espejo..., en fin, debería levantarme de la cama de una vez, meterme en la ducha - agua, necesito agua- cambiarme y todo eso. La verdad, es que no sé porqué quedé con mis viejos para ir a almorzar. Me duele mucho todo el cuerpo..., pero ya va a pasar, siempre pasa. El techo. Blanco. Siempre suele ser blanco. ¿Mi departamento? Mi departamento. Ahora de pie, siento un ligero mareo y una punzada tremenda en la sien derecha que me hace perder el equilibrio por un instante. Busco el pañuelo que debería haber dejado sobre la mesa de luz, efectivamente ahí está, junto con las llaves, unos Tic –Tac y..., ¡la puta madre que me parió, la billetera no está!, otra vez lo mismo. ¿Y esa mujer qué no paraba de hablar? ¿quién carajo era?, todavía tengo sus palabras en mi oído. Me taladran la cabeza. Necesito un vaso de agua urgente. Voy a la cocina, abro la heladera y me sirvo un vaso lleno de agua bien fría. Lo tomo todo de una sola vez. Tengo que mear, voy al baño, me paro frente al espejo; siempre es difícil enfrentarse con el espejo. ¿Me besó? Me besó. Y creo que luego discutimos. No recuerdo sobre qué. Pero discutimos y ella no se callaba más. Le pegué. ¿Le pegué?, nunca antes había golpeado a una mujer, de hecho, nunca antes había golpeado a nadie de verdad, sólo de chico, cuando iba a la escuela primaria en alguna pelea, pero no creo que eso pueda considerarse realmente haber golpeado a alguien. Sin embargo la golpeé. Los músculos tensos, los puños bien apretados y el golpe corto, veloz, reiterado, en la boca. Sangre. En mis manos, en tu boca que no paraba de hablar. Yo quería silencio, poder descansar. Quería dormir. Sangre. En tu boca que no se callaba más.

martes, julio 17, 2007

Colgué el teléfono

1

Después de colgar el teléfono me sentí vacío, hambriento;
hace un tiempo ya, que devore en forma voraz
todas las margaritas de mi jardín y me quedé sin flores.
Extraño el perfume, el rozamiento, la marea
las voces incandescentes..., el desvanecer.
Alguna vez, yo también tuve fiebre y fue espléndido
verte bailar en el relente de la noche
acariciada por el agua, que ahora es sed insomne.
Colgué el teléfono, tomé un vaso de agua y me tiré en la cama,
observé con detenimiento, mis manos transparentes, huérfanas de deseo;
le canté canciones de cuna a la nena muerta, a mi nena,
que sostiene un globo rojo y me mira desde un rincón de mi habitación.
Me acaricié suavemente las cejas y luego los párpados y los labios,
reí levemente, y me preparé para el sueño.

2

Colgué el teléfono y me sentí atravesado, corrompido, indeseable, rechazado.
Sentí que me acostaba sobre el océano y vos estabas muerta al otro lado de la cama, y no pude más que llorar, llorar lágrimas que hierven, como suelen llorarse en los casos en que la herida es profunda, sin contornos, inexplicable.
Esta vez, y en forma definitiva, fui yo, quien colgó el teléfono.


Desde el balcón de mi casa.....


Voy a empezar a trabajar en mi segundo libro de poesías, que tal vez se titule, "Enamorados de las sed"


Foto a cargo de Enrique Balducci; durante su estadía en Bs. As.

miércoles, mayo 02, 2007

Balducci - Ezquiaga
Canciones + Poesía
Sábado 12
21:00 hs.
EL NACIONAL
Estados Unidos 308
1er piso
SAN TELMO

miércoles, abril 11, 2007


Gracias a los amigos Mauro K. y Martín C., en este momento estoy en la montaña.

lunes, abril 02, 2007



Nadie baila tan bien como Morrissey

La idea de que estés con otro tipo
me está empezando a molestar un poco.
Esas imágenes de carne quemándote las entrañas
me devuelven directo a la incubadora.
¿Pero viste lo bien que bailo?
Me enseñó mi mamá, que es fonoaudióloga
y fanática de las novelas mejicanas.
La última vez que estuvimos juntos en Mar del Plata
todavía me sabías acariciar y no te dabas por vencida
pero a mí no me quedo mar para darte
y opté por el desierto y la cocaína.
Pero de vuelta,
¿viste lo bien que bailo?
Son los zapatos nuevos
y las ganas de dejarte.

domingo, abril 01, 2007




Enamorado


Estoy acá por vos. Y sí, ya sé que dejó de llover, por eso es que no estoy mojado, por eso es que piso firme calzado en mis botas de cowboy. Estoy enamorado y no pienso ceder ni un centímetro. Y como un topo, masco lombrices, que nada tienen que ver con mi pasado; no busco revancha. Tengo los jeans gastados, manchados con semen de toro. Estoy cubierto de polvo y huelo a whisky. Estoy listo para patear el culo de quien se ponga delante. Yo soy el chico que se va a quedar con la chica, antes que los créditos del final aparezcan. Estoy acá. Por vos. Enamorado.

martes, febrero 20, 2007


Lucas Balducci - Marcelo Ezquiaga
Canciones + Poesía
Viernes 23 de febrero
21:30 hs.
en EL NACIONAL
Estados Unidos 308, 1er piso (San Telmo)

entrada: $4

jueves, enero 11, 2007