lunes, septiembre 03, 2007


Yo sólo quería que te callaras

Desperté. El techo. Blanco, siempre suele ser blanco. Tragué saliva y el sabor de la noche anterior bajó por mi garganta con rudeza. ¿Mi departamento? Mi departamento. Escarbo en mi memoria. Nada. Algunas imágenes dispersas, pero nada más. Siento los ojos hinchados y los labios resecos, me toco los labios. Secos. Los indicios son claros, debo haber bebido como un animal otra vez. Intento incorporarme, la primera vez no lo logro, la segunda vez..., tampoco. ¿Mi departamento? Mi departamento. Mejor me quedo acostado un rato, aunque mataría por una vaso de agua. ¿Con quién estuve anoche? Marcelo, Seba, seguro, ¿pero con quién más?, ¿y en dónde?, la noche se rompió en mi cabeza como un espejo..., en fin, debería levantarme de la cama de una vez, meterme en la ducha - agua, necesito agua- cambiarme y todo eso. La verdad, es que no sé porqué quedé con mis viejos para ir a almorzar. Me duele mucho todo el cuerpo..., pero ya va a pasar, siempre pasa. El techo. Blanco. Siempre suele ser blanco. ¿Mi departamento? Mi departamento. Ahora de pie, siento un ligero mareo y una punzada tremenda en la sien derecha que me hace perder el equilibrio por un instante. Busco el pañuelo que debería haber dejado sobre la mesa de luz, efectivamente ahí está, junto con las llaves, unos Tic –Tac y..., ¡la puta madre que me parió, la billetera no está!, otra vez lo mismo. ¿Y esa mujer qué no paraba de hablar? ¿quién carajo era?, todavía tengo sus palabras en mi oído. Me taladran la cabeza. Necesito un vaso de agua urgente. Voy a la cocina, abro la heladera y me sirvo un vaso lleno de agua bien fría. Lo tomo todo de una sola vez. Tengo que mear, voy al baño, me paro frente al espejo; siempre es difícil enfrentarse con el espejo. ¿Me besó? Me besó. Y creo que luego discutimos. No recuerdo sobre qué. Pero discutimos y ella no se callaba más. Le pegué. ¿Le pegué?, nunca antes había golpeado a una mujer, de hecho, nunca antes había golpeado a nadie de verdad, sólo de chico, cuando iba a la escuela primaria en alguna pelea, pero no creo que eso pueda considerarse realmente haber golpeado a alguien. Sin embargo la golpeé. Los músculos tensos, los puños bien apretados y el golpe corto, veloz, reiterado, en la boca. Sangre. En mis manos, en tu boca que no paraba de hablar. Yo quería silencio, poder descansar. Quería dormir. Sangre. En tu boca que no se callaba más.